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Diaconía y Justicia de Género: mujeres de la región debaten sobre el impacto de la pandemia

Organizaciones miembro de ACT Alianza en América Latina y Caribe interpeladas por los graves impactos de la pandemia del COVID-19 en la vida de las mujeres de la región, iniciaron el ciclo de webinars: “Diaconía y Justicia de Género”, que tiene como objetivo compartir e intercambiar experiencias de actores religiosos en articulación con otros aliados estratégicos, para responder a los efectos diferenciados de esta crisis sanitaria, social y económica en la vida de las mujeres y población LGBTTIQ+, quienes se encuentran en condiciones de vulnerabilidad.

El primero de este ciclo de webinars, convocado por la Comunidad de práctica de Género de ACT alianza, fue realizado el pasado 14 de mayo y su objetivo fue la reflexión sobre algunas metodologías y prácticas para prevenir la violencia basada en género y los desafío que como organizaciones basadas en la fe se nos presentan frente al incremento de estas violencias en el marco del confinamiento. Compartimos a continuación algunas de las recomendaciones que surgieron en el webinar.

Para Blanca Cortés, pastora y teóloga feminista y Decana de la Facultad de Teología de Centro Intereclesiástico de Estudios Teológicos y Sociales en Nicaragua, subrayó la importancia del trabajo de apoyo psicosocial y psicopastoral con enfoque de género, para orientar a las mujeres y las niñas y enfatizó en la importancia de: “Trabajar para contraponernos a los discursos de odio, promover los estados laicos y para que los derechos de las mujeres no tengan retrocesos amparados en discursos religiosos. Debemos empoderar a las mujeres teológicamente, tecnológicamente y económicamente y contrarrestar propuestas de grupos fundamentalistas que se están fortaleciendo en espacios directivos y asambleas legislativas de nuestros países.”

Por otro lado, Renate Gierus, teóloga y pastora de la Iglesia Luterana en Brasil (IECLB) y del área de género de la Fundación Luterana de Diaconía en Brasil, subrayó que: “Tenemos que usar el púlpito y el altar para hablar sobre la violencia que viven las mujeres, para prevenirlas, esto no puede ser un tema tabú, hay que tener coraje. Debemos promover espacios seguros para hablar de la violencia en nuestras comunidades de fe. Tenemos que profundizar y expandir los canales de comunicación para que cualquier grupo pueda encontrar un espacio para hablar sobre una situación de violencia y también se necesitan redes de apoyo para sostener el acompañamiento.”

Walberto Tejeda del Programa de Masculinidades Centro Bartolome de las Casas en El Salvador, destacó: “Es esencial romper las barreras culturales para abordar los feminismos con los varones para prevenir las violencias y para eso son vitales las alianzas con los movimientos de mujeres y con los hombres dispuestos a abordar estas problemáticas. Hay que hacer una incidencia con los Estados que todavía no ven clave el trabajo sobre las masculinidades para trasformar los machismos, la homofobia, la xenofobia y la discriminación como generadoras de violencias.”

Gabriela Luguori, de la Comisión Argentina para la Atención de Refugiados y Migrantes -CAREF, compartió experiencia desde la incidencia: “El trabajo interdisciplinar y articulado para incidir en políticas públicas para la prevención de las violencias es importante. Desde el proyecto Cerrando Brechas hemos podido trabajar con diferentes organizaciones, generando un decálogo de recomendaciones a diferentes actores para abordar la VBG en contexto de aislamiento. Por otra parte, las OBF deben seguir dando la batalla cultural contra la violencia simbólica contra las mujeres. CAREF puede posicionarse hoy como una organización feminista porque las iglesias que la conforman lo permiten y lo impulsan, esto hace que podamos incidir como OBF para visibilizar una voz que está a favor de la interrupción voluntaria del embarazo o de la igualdad de derechos de personas vinculadas a las diversidades y las divergencias”.

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