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Foto del escritorFundación Hora de Obrar

La vid Jesús con su iglesia de ramas: aportes para la diaconía comunitaria

Imaginemos una fruta verde que madura en un cajón en un depósito refrigerado, una persona en una reunión de amigos con la mirada perdida, una familia esperando una caja de alimentos en la fila en las puertas de un centro comunitario, cientos de animales recorriendo las calles de las ciudades linderas a los montes y bosques. El hashtag #quedateencasa es tendencia en distintas redes sociales de todo el mundo…


Te invitamos a leer un nuevo aporte para la diaconía comunitaria.

Mensaje basado en Juan 15,1-8

Por Pastor Jorge Weishein

Imaginemos una fruta verde que madura en un cajón en un depósito refrigerado para que llegue a tiempo a la mesa de los consumidores como si estuviera recién cosechada y hasta con cierto aroma a fruta fresca…

Imaginemos a una persona en una reunión de un grupo de amigos con la mirada perdida pensando en nada mientras todo el mundo a su alrededor habla, canta y baila mientras toma unos tragos...

Imaginemos una familia esperando una caja de alimentos en la fila en las puertas de un centro comunitario mientras millones de familias están en sus casa en cuarentena comiendo, mirando televisión y durmiendo…

Imaginemos a cientos de animales recorriendo las calles de las ciudades linderas a los montes y bosques mientras nadie transita las calles y solo ellos se detienen en las vidrieras con la mirada atenta y el olfato agudo…

Imaginemos a la mayoría de las autoridades de los distintos países del mundo llamando a la población a permanecer en casa. El hashtag #quedateencasa es tendencia en distintas redes sociales de todo el mundo…

Jesús está preparando a los discípulos para la despedida, pero sin embargo, es por eso que la idea de la separación y la permanencia va a ser el eje de toda esta alegoría. La palabra permanecer es una de las palabras que más usa el evangelio de Juan para hablar de la relación de Jesús con sus discípulos y de la relación de Dios con Jesús.

El evangelio de Juan en la alegoría de la vid usa la misma imagen de la planta de uva para escribir el texto: empieza con una palabra clave (vid), de la cual surge otra (rama), a la cual sigue otra (fruto), y así sucesivamente, como la enredadera de la misma planta va enredando nuevas ideas: Jesús es la vida, Dios es el que la cultiva, los discípulos las ramas. Dios asegura y poda todas las ramas, las que dan fruto y las que no dan fruto, justamente para que todas puedan dar fruto, todas son capaces de dar fruto… porque las ramas ya están fortalecidos y podadas con el mensaje del evangelio que ya conocen…

La vid es Jesús con los discípulos y los discípulos con Jesús, ellos son una misma comunidad, un mismo pueblo, si ellos no permanecen con él entonces él tampoco puede permanecer con ellos, si no están juntos no pueden dar frutos… Por eso, Jesús advierte: La rama que se corta [sola] se destruye… De la misma manera, afirma que quienes permanezcan obedientes a su palabra podrán alcanzar todo lo que pidan a Dios… No hay manera de ser discípulos de Jesús sin dar frutos [que genera la vid en las ramas] y estos frutos dan gloria al Padre que cultiva la vid.

Al estar separados es cuando más que nunca necesitamos pensarnos juntos y permanecer juntos. “Nadie se salva solo”, dijo el Papa Francisco. Una afirmación que bien podría haber hecho Jesús como conclusión de la alegoría de la vid. La comunión con Jesús permite que Jesús produzca los frutos en sus ramas.

En esta comparación que hace Jesús Dios nos cuida, Jesús se mantiene unido a nosotros y es la tarea de los discípulos permitir que la vid haga honor al cuidado de Dios manteniendo la comunión con Jesucristo para que la vid pueda dar buenos frutos. Estos frutos son motivo de alegría para la gente y motivo de orgullo para Dios quien puede sentir que su esfuerzo valió la pena: El pueblo va a tener para comer y para tomar. Las uvas eran utilizadas tanto como fruta como base para alimentos y bebidas, además de ser un producto estratégico de la economía de Israel en la antigüedad. Israel es comparado muchas veces en la Biblia con una planta de uva que por una u otra razón no cumple con su verdadera función social: su cultivo es descuidado, al ser trasplantada no da frutos, sus frutos no son comestibles, su rendimiento genera enfrentamientos, etc.

En medio de la persecución de la comunidad cristiana Jesús usa la imagen de la vid para preparar a la comunidad para seguir siendo fructífera en su anuncio del evangelio cuando él ya no esté físicamente entre ellos. En esa preparación Jesús los convoca a una relación de amistad con él y entre ellos a través del ágape. La idea central es que no estamos ni somos nosotros solos sino que somos y estamos con Jesús en una misma comunión y en una misma realidad.

La idea del texto es que dejemos que Jesús opere con nosotros para dar lo mejor de nosotros a través a través de la comunión con su palabra. La comunión de todos nosotros con Jesús permite que él pueda expresar el ágape de una forma que nosotros solos no podríamos lograrlo jamás. La palabra de Jesús nos fortalece ante los miedos, nos ayuda a ver con claridad ante la complejidad de lo que estamos viviendo, nos sostiene ante las dificultades que obstruyen la comunión de los unos con los otros.

Las sociedades modernas han naturalizado la separación y el individualismo y hasta la competencia entre los resultados “propios” de cada uno. En muchos casos no existe ni siquiera la relación de pertenencia a una misma cultura y a un mismo proyecto de país. Resulta sumamente complejo traducir esta preocupación comunitaria y colectiva de la Biblia a estos tiempos tan individualistas, sin embargo, en honor a la verdad y a la fe en Jesucristo, somos llamados como cuerpo de Cristo a continuar juntos con esta tarea en palabras y obras.

La sociedad en esta búsqueda de frutos individuales para si misma insiste en el éxito individual aunque eso implique apenas una preocupación pasajera para unos y un esfuerzo sobrehumano para otros y, acumular mucho más de lo que se necesita para unos y, a su vez, no lograr lo mínimo necesario para vivir para muchas otras personas.

La comunión con Jesucristo nos convoca a la diaconía del ágape, al servicio solidario, la disposición desinteresada por los demás, a la preocupación por el sostén de la vida de las personas con las que convivimos en la comunidad, en el pueblo, en el mundo.

Jesús puede cambiar la realidad en la que vivimos en el mundo pero necesita de la comunión de las ramas con la vid, el trabajo enredado, de manera conjunta, para que sus frutos se manifiesten a través de ellas. Las iglesias ofrecen plataformas y espacios, estrategias y propuestas, para que estas redes puedan dar a conocer los frutos de Cristo en medio de tantas necesidades. Dejémonos convocar por estas iniciativas, fortalezcamos la comunión espiritual, al mismo tiempo pidamos a Dios todo lo que deseamos y necesitamos, pongámonos a disposición para que Cristo para ser parte de una respuesta junto con él y que él nos guíe en medio de este mundo que él vino a salvar y compartirle su alegría.

Existen muchas redes alternativas para fortalecer la relación con la planta de uva Jesús. Una red de ramas de esta vid es la propuesta de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata a través de sus ciclos de canto, de sus cultos online y de su Fundación Hora de Obrar a través de la cual está trabajando denodadamente para sostener la alimentación de más de mil familias en sectores populares y pueblos indígenas afectadas por la pobreza, el desempleo y el Covid 19. Dejémonos sorprender por todo lo que Cristo puede hacer junto con nosotros para la gloria de Dios y la alegría de su pueblo. Te esperamos.

Que así sea. Amén

Fuentes de Consulta

1. 18. Exegetical Commentary on John 15

2. Bibelstellenindex zu Johannes 15

3. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes

4. 21. Horticultura

5. 5. Sonntag der Osterzeit (B): Joh 15,1-8

6. 6. Sonntag der Osterzeit (B): Joh 15,9-17

7. καθαίρω

8. πλείονα

9. 2590: καρπός

10. Todo lo que pidan en mi nombre, yo lo haré

11. Predigt über Johannes 15,1-8 im Gottesdienst zum Anlass "60 Jahre Freiwilliges Diakonisches Jahr – 50 Jahre FSJ-Gesetze", St. Laurentiuskirche Neuendettelsau. Nikolaus Schneider

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