El pueblo que andaba en la oscuridad vio una gran luz; una luz ha brillado para los que vivían en tinieblas. Isaías 9,1
Las personas que construimos y sostenemos la tarea cotidiana de la Fundación Protestante Hora de Obrar, desde los diferentes roles y en diversas maneras, sabemos que a pesar de las oscuridades que hemos atravesado no nos hemos detenido, no por nuestras propias fuerzas o por méritos individuales, sino porque sabemos que quién nos envía a transformar esta realidad de tinieblas, ya caminó con nosotros.
Toda tarea diacónica busca ser luz en medio de las tinieblas, luz que transforma vidas, que alienta a soñar nuevos proyectos, que abraza el futuro de un nosotros en la comunidad que celebra y anuncia a Cristo. Toda tarea diacónica es misión encarnada, es palabra viva que transforma y nos transforma. Porque no sólo somos luz para otras personas, sino que cada hermana, cada hermano es para nosotros Cristo mismo, iluminando nuestras oscuridades, cambiando también nuestras miradas, nuestros andares…
Los que andábamos en la oscuridad les anunciamos, que hemos visto una gran Luz, que la Palabra se ha hecho carne y habitó entre nosotros, que su gracia y su verdad nos cambia en el encuentro, en la tarea cotidiana, en el pan compartido, en el llanto que trae alivio y en el hombro que da consuelo.
Que la luz del mundo nos abrace en este tiempo de nacimientos y que su pesebre nos aloje amorosamente, para ser también nosotras, hijas e hijos de nuestro buen Padre.
Bendecida Navidad,
Peter Rochón Presidente Consejo Fundación Protestante Hora de Obrar
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