Alberto Roth, agricultor y promotor de la ecología de Santo Pipó, Misiones, afirmaba que una tierra sin lombrices es una tierra sin vida. Los viejos colonos decían que la agricultura se debía basar en abono, lombrices y oraciones. El abono agrega los nutrientes, las lombrices aflojan la tierra y descomponen la materia orgánica y las oraciones fortalecen la fe del que tiene que confiar en Dios para cosechar.
Las lombrices (Lumbricus terrestris) son a la tierra lo que los alvéolos son al organismo vivo. Los alvéolos son la parte del pulmón que realiza el intercambio entre el oxígeno y el dióxido de carbono, fundamental para el funcionamiento de todo el organismo. Hacen canales y túneles en la tierra para que el suelo respire y tenga vida. En este trabajo, a su vez, hacen de digestores, transforman la materia orgánica en materia absorbible para las raíces de las plantas. Utilizando la imagen del organismo vivo, hacen en cierta forma también de flora intestinal. Para que haya vida en el suelo las lombrices cumplen una función muy importante, junto con flora y fauna.
Criar las lombrices no es una gran ciencia, con un pequeño lombricario en un espacio del jardín se puede aportar muchísimo abono. Se puede construir un espacio con cuatro troncos, o un tambor de 200 litros cortado al medio o tan solo un pozo de pocas dimensiones. A este espacio se puede tirar todo restos de materia orgánica que se junta en la casa, ya sea hojas de la vereda, el recorte de pasto, restos de verduras de la cocina. A esta mezcla se agrega un poco de tierra fresca para taparlo. Esto hará que no se junten moscas ni animales extraños. En poco tiempo se tendrá un buen humus que puede ser agregado a las macetas e incluso se puede llegar a regalar y/o vender.
Es cierto que en las ciudades es difícil realizar un proyecto de este tipo, pero separar las basuras en orgánicas e inorgánicas, y aportar al proyecto de compostaje al que se han plegado muchos municipios, ya es una buena iniciativa. Del 22 de marzo al 22 abril se celebró la semana internacional del compostaje[1].
¿Qué tiene que ver la lombriz con Dios?
¿Qué tiene que ver una simple lombriz con la historia de la creación?
En el génesis se nos cuenta que Dios vio que toda la creación era buena. Se nos cuenta que Dios estaba metido dentro de esta creación, era parte de esta creación, como un gran organismo, como una integralidad.
El concepto de una cosmovisión integral, donde cada una de sus partes, el macrocosmos como el microcosmos es importante, es un concepto que se estuvo imponiendo en los últimos años, aunque no es un concepto nuevo. El sol, como los alveolos y la flora intestinal, es esencial a la vida, como también las lombrices. Si aprendemos a mirar nuestra vida y el contexto en el que estamos inmersos desde este concepto algunas cosas cambiarían. Por ejemplo miraríamos a nuestra agricultura como parte de un todo, donde las lombrices son muy importantes.
En el concepto tradicional a la agricultura se la redujo a una cuestión química, las plantas extraen de los suelos nutrientes y minerales, si hubiera faltante se agrega, todo lo demás es secundario.
Es necesario recuperar el concepto integral, que nos ayudará a producir más y a tener más tiempo de descanso para nosotros. Dios al terminar su obra descansó, porque supo que la creación tiene su propio proceso. La lombriz tiene mucho que ver con este proceso y con Dios.
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